Desde la Modernidad de la IA hasta la Estupidez y Encanto de la Superstición

"La verdadera solidaridad social y emprendedora se teje con hilos de empatía y comprensión hacia las dificultades de los demás."

Desde la Modernidad de la IA hasta la Estupidez y Encanto de la Superstición

febrero 22, 2024 Creencias Irracionales Sociedad Moderna Superstición 0

Descubre una reflexión irónica sobre cómo la superstición persiste en el siglo XXI, incluso en la era de la inteligencia artificial. A través de una historia peculiar en un entierro, exploramos la absurda influencia de las creencias irracionales en nuestra sociedad moderna.

Preámbulo: El cuento del cementerio:

Hoy fui al entierro de la mamá de una amiga. Según su religión llevan al cementerio una vidente para saber quien va a ser el próximo en morir. Llegado el momento la vidente se concentró y dijo que el siguiente en morir sería el primero que saliera del cementerio. Aquí estamos todavía todos. Hemos pedido pizza, refresco y café; hay gente jugando dominó, ajedrez y damas. Nadie ha salido. Ni siquiera la vidente.

La inquebrantable tradición de la superstición:

En un mundo donde la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados, resulta sorprendente, casi cómico, cómo la superstición se aferra a nuestras vidas con la tenacidad de un chicle pegado en la suela del zapato. La escena en un cementerio, donde una vidente predice el próximo fallecimiento basándose en quién abandone primero el lugar, no es más que un retrato vívido de este fenómeno. Mientras la lógica y el razonamiento se esfuerzan por iluminar las sombras de la ignorancia, la superstición se sienta cómodamente en la oscuridad, disfrutando de una pizza junto a los temerosos y crédulos.

El absurdo cómico de la creencia irracional:

La imagen de adultos, supuestamente racionales, rehusando abandonar un cementerio por temor a una predicción sin fundamento, es digna de una comedia de enredos. La ironía de la situación es palpable: en una era donde la inteligencia artificial promete soluciones basadas en datos y análisis profundos, hay quienes prefieren confiar en el misticismo barato de una vidente. Este episodio no solo subraya la resistencia de la superstición ante el avance científico, sino que también revela una profunda inseguridad humana ante lo desconocido, una inseguridad que nos hace aferrarnos a cualquier promesa de certeza, sin importar cuán ridícula sea.

La paradoja de la modernidad y la magia:

Es fascinante observar cómo, incluso en la cúspide de nuestra era digital, la magia y la superstición encuentran su camino entre nosotros, como reliquias de un pasado que se niega a ser olvidado. La escena del cementerio, con su vidente y los asistentes jugando dominó, ajedrez y damas, esperando a ver quién se atreve a desafiar el augurio, es un recordatorio de que, a pesar de nuestros avances, seguimos siendo vulnerables a las mismas trampas de pensamiento que nuestros antepasados. Esta paradoja de la modernidad, donde la IA y la superstición coexisten, es un testimonio de la complejidad de la condición humana.

La reflexión detrás del escepticismo:

Este episodio, aunque cargado de humor e ironía, invita a una reflexión más profunda sobre el papel de la superstición en nuestras vidas. ¿Es simplemente una manifestación de nuestro miedo a lo desconocido, o hay algo más en nuestra persistente atracción hacia lo irracional? La respuesta, quizás, yace en nuestra innata necesidad de encontrar orden en el caos, de buscar patrones y significados incluso cuando no los hay. La superstición, en este sentido, es un espejo de nuestra eterna búsqueda de control sobre nuestras vidas, una búsqueda que, irónicamente, nos lleva a actos de sumisión absoluta ante lo absurdo.

Hacia un futuro iluminado por la razón:

La historia del cementerio, con su vidente y los asistentes reacios a partir, no es solo una anécdota divertida; es un llamado a la reflexión sobre cómo elegimos enfrentar lo desconocido. En un mundo cada vez más gobernado por la inteligencia artificial y el análisis de datos, la superstición debería, en teoría, perder su lugar. Sin embargo, su persistencia es un recordatorio de que, más allá de la tecnología y la ciencia, somos seres emocionales en busca de consuelo en lo inexplicable. Quizás, el verdadero desafío del siglo XXI no sea superar la superstición, sino comprender la razón detrás de nuestra inclinación hacia ella, y en ese entendimiento, encontrar un equilibrio entre la razón y la maravilla.